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domingo, 9 de diciembre de 2012

A.

Y entonces, en el preciso instante en el que mi cansado corazón había dejado de creer en el amor y un príncipe azul, entonces apareciste tú. Apareciste sin más, no se de dónde, ni cómo, pero aquella noche el destino decidió ponerte en mi camino, en el cual andaba tan perdida. El destino decidió que era hora de traer esa luz que tanto necesitaba en mi oscuridad, decidió que era el momento de vivir con una ilusión y con un sueño por el que luchar contra viento y marea, TÚ!

1 comentario:

  1. Tal vez (para mi) el destino esté sobrevalorado en estas cuestiones del amor y las coincidencias de los rumbos. Creo que uno va abierto a establecer lazos y si se encuentra con alguien que le sucede lo mismo, entonces se lo atribuimos al destino cuando uno hace mucho porque suceda.
    Besos!!

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